Este
es un post diferente a los habituales que escribo. Tengo la mala costumbre de
establecerme (ambiciosos) objetivos deportivos que, además, casi siempre
alcanzo. Pero claro, en esto del deporte no se regalan los resultados sino que
se “fabrican”. A veces lo veo como cocinar: uno selecciona los ingredientes que
necesita, los va preparando para usarlos y los va empleando en su orden y
tiempo hasta obtener el producto final que, a menudo, es algo efímero. Para
colmo, puede ocurrir que ese producto final no resulte lo esperado, le falta
sal, le falta cocción, le sobran especias…
Ayer
me ocurrió algo similar cuando conseguí llegar a meta superando mi mejor marca
en 10 kilómetros ,
algo a tener muy en cuenta, pero tras una carrera en la que no disfruté, en la
que no fui cómodo. Para mí quedarán las causas y los porqués de lo que pasó
durante aquellos 41 minutos, y seguro que será un análisis en profundidad en
cuanto me reúna conmigo mismo unos minutos, pero me queda la sensación,
volviendo al símil gastronómico, de que a mi producto final, que no es más que
mi tiempo al llegar a meta, se le podían aplicar ciertos matices. Quizá me esté
volviendo un poco gourmet, por supuesto dentro de mi nivel como deportista
popular, y empiece a ser demasiado auto-exigente, quizá deba seguir valorando
los esfuerzos y los méritos por encima de los resultados, como siempre hice, y
dejar de lado los objetivos exigentes. Ya veremos.
Sobre
la carrera debo decir que cada año veo más corredores y más animación, lo que
exige una mejor organización por parte del Club Marathón Aranjuez, algo que a
mi entender consiguen sin problema, aunque me moleste tener que desplazarme 2
veces hasta Aranjuez, ya que vivo a 90 km de allí, por la imposibilidad de recoger
el dorsal el mismo día de la carrera si no te quedas a comer después en
determinado restaurante. No obstante es un placer poder participar en una
carrera popular en un entorno tan bonito y cuidado como la Villa de Aranjuez y
el Jardín del Príncipe.
De
todas formas me quedo con la satisfacción de haber llegado a meta una vez más y
con el cariño de mi club de fans que me esperaba con los brazos abiertos al
llegar a casa. ¿Hay algo mejor?