sábado, 5 de marzo de 2016

Desde dentro

Son ya 4 meses entrenando con cierta irregularidad por no estar en mi mejor momento. Me siento como en barbecho tras la “supercosecha” del periodo 2014/2015 que ha agotado todos los recursos de mi terreno. Quizá necesitaba esta parada biológica para que el cuerpo asimile de nuevo la transición a la próxima aventura que quiero afrontar, ya que, eso sí, mi cabecita no deja de pensar en nuevos retos.

Lo que para mí es cada vez más evidente es que el deporte es un estado de ánimo y que se sustenta fundamentalmente en 3 pilares básicos que deben estar en armonía para favorecer la práctica en las mejores condiciones. Cuerpo, mente y entorno forman un tridente de energías entrelazadas que manejan las circunstancias de cada día para conseguir el único objetivo real que persigo: disfrutar con el deporte.

Esta semana empiezo a poner las primeras piedras del proyecto Picos de Europa que, si todo va como me gustaría, veré culminarse el 14 de mayo en un entorno espectacular. Hace ya tiempo que quería un cambio de disciplina y, tras la pequeña toma de contacto el pasado mes de junio, ahora tengo la oportunidad de probarme en una carrera de mayor magnitud.

La intención es comenzar un periodo de vuelta al entrenamiento –otra vez- que me aporte la base para después hacer una adaptación al medio y poco a poco alcanzar el mejor estado físico posible que me permita afrontar el reto.

Agradezco el apoyo y la paciencia de Urtzi y Pilu en mis mejores-peores momentos porque al estar pendientes de mí me aportan ese extra que a veces necesito