¿Cuántas veces hemos visto comenzar una gran obra con la
colocación del primer ladrillo? En el deporte todo el mundo ha comenzado desde
cero y ese principio no es fácil para nadie, ya que existen muchos elementos,
propios y ajenos, que lo complican. Sin embargo también hay otros
descubrimientos que consiguen convertir las complicaciones en factores de
compromiso para seguir adelante. Y es que el deporte nos enseña y nos forma en
algo tan fundamental y tan sano como son los valores.
Tanto en deportes individuales como en deportes de equipo
aprendemos a apoyarnos en los que tenemos cerca para que nos ayuden a “crecer”
y a superar cada reto que se presenta, ya sea uno de los primeros
entrenamientos o el más importante de los desafíos.
Constancia, superación, perseverancia, esfuerzo y sacrificio
son solo algunos de los valores que aprendemos con el deporte y que después
podremos aplicar en nuestra vida no deportiva, pero quizá uno de los más
grandes, uno que desarrollamos desinteresada y altruistamente es la solidaridad.
El pasado 24 de agosto 7 deportistas no profesionales, Paco,
Fernando, Dani, Mamen, Alejo, Torre y Julián, cruzaron a nado desde Mallorca hasta
la Isla de La Cabrera, en total 20 kilómetros. ¿La razón? SOLIDARIDAD. Una larga
y costosa travesía no exenta de peligros con el único objetivo de recaudar
fondos para la fundación Un juguete, una
ilusión (@1brazada1cent). Bravo por ellos y bravo por enseñarnos que su
esfuerzo y su sacrificio sirvieron para llegar a meta y hacer felices a mucho
niños.