“¿Estás
nervioso?”, me pregunta mi chica al levantarme. Contesto con un gesto ambiguo,
pero sí, tengo algunas mariposas en la tripa.
Al llegar,
nada más bajar del coche con mi pantaloncito corto, ya noté que los 4º de
temperatura eran engañosos. La sensación térmica era menor, a pesar la mañana
soleada. Con la tiritona me fui hacia la zona de calentamiento y traté de
sacarme el frío de los huesos con una carrera continua más larga de lo
habitual.
Tras unos
estiramientos dinámicos me dirijo a la zona de salida. No hay cajones por
tiempos por lo que la organización apela a la buena fe de los deportistas y a sus
aspiraciones para organizar las posiciones de salida. En ese momento me
encuentro tranquilo, seguro y con ganas de comenzar. Sin mayores problemas, salvo
un retraso de 7 minutos en la salida, comienza la carrera.
Hace ya
muchas semanas que me había planteado este día como un test o un entrenamiento
más, orientado a probar ritmos mantenidos con vistas a retos futuros. Lo cierto
es que desde el principio salí con un ritmo más rápido de lo previsto, en parte
debido a que es fácil dejarse llevar por la euforia que acompaña siempre a las
salidas en todas las carreras cuando, literalmente, la gente te lleva.
Tras
superar algunas estrecheces en los primeros 3 kilómetros , la
carrera se desarrolla normalmente y con ese ritmo “rápido” mantenido. Es cierto
que en algún momento pensé que me pasaría factura más adelante pero decidí
seguir y confiar en mí. Ciertamente el promedio se iba cumpliendo, los
kilómetros cayendo de mi lado y yo seguía sintiéndome cómodo. A esa sensación
yo le llamo “encontrar el sitio” y a ello ayudó mucho un perfil muy homogéneo.
Sin apenas
darme cuenta he superado el primer diez mil y prácticamente comienzo la cuenta
atrás, dato mentalmente importante para mí.
En la
parte final hay un tramo de unos 2 kilómetros adoquinados que se hacen bastante
incómodos pero que coincide con el centro de la ciudad, o sea, la parte más
bonita. Y así enfilamos hacia la meta. Durante casi todo el recorrido hay bastante
gente siguiendo la carrera aunque, en mi opinión, faltó un poco más de
animación excepto en este último tramo, donde se huele la cercanía del la llegada. La meta está
en la pista de atletismo del Polideportivo Juan de la Cierva, un detalle que
siempre motiva. Y así terminé esta carrera, además rebajando el tiempo previsto
y con un subidón de motivación para seguir llegando
a meta.