domingo, 8 de junio de 2014

Un año dirigido

Todo empezó de manera muy simple: le envié las gráficas de mi pulsómetro tras descargar el archivo de la última media maratón que había corrido y, tras analizarla, empezó a hablarme de mis posibilidades. No lo pensé y le dije: “[…] pues ya sabes…”.

Así comenzó una relación amigo/entrenador (anteriormente amigo) que cumple un año y que, a mis 43, me ha llevado a un nivel físico nunca antes alcanzado y a superar objetivos y retos muy diferentes.

Independientemente de la programación del entrenamiento por objetivos y de buscar los picos en los momentos oportunos, las fases de carga y de descarga, el descanso, etcétera, él introduce una variable muy importante en la planificación basada en sensaciones, estados de ánimo y factores externos que pueden afectar al rendimiento de cada día.

Ha sido un año de esfuerzo y sacrificio para adaptar y educar mi condición física, en el que recorrí unos 2800 kilómetros en más de 240 sesiones de entrenamiento - algo impensable por mí en otras circunstancias – para conseguir superar mis mejores marcas en algunas distancias como 10000 metros y media maratón.

Tengo que destacar que en todo ese periodo jamás tuve un problema físico que no fuese una sobrecarga, que mi salud ha sido de 9 sobre 10 y que mi actitud ante el volumen de entrenamiento planteado siempre fue muy positiva, lo cual ayuda a que mentalmente puedas gestionarlo y asimilarlo.

Por todo ello, debo darle las gracias, por su tiempo, por sus esfuerzos, por su dedicación, por su sabiduría y experiencia, por su interés……. Y así le hago un poco la pelota para que el próximo año sea, al menos, tan bueno como éste: gracias Urtzi.


Y ahora llega el momento de ese descanso activo que creo que merezco y de plantear los nuevos retos para los meses venideros.