Todo
empezó de manera muy simple: le envié las gráficas de mi pulsómetro tras
descargar el archivo de la última media maratón que había corrido y, tras
analizarla, empezó a hablarme de mis posibilidades. No lo pensé y le dije: “[…]
pues ya sabes…”.
Así
comenzó una relación amigo/entrenador (anteriormente amigo) que cumple un año y
que, a mis 43, me ha llevado a un nivel físico nunca antes alcanzado y a
superar objetivos y retos muy diferentes.
Independientemente
de la programación del entrenamiento por objetivos y de buscar los picos en los
momentos oportunos, las fases de carga y de descarga, el descanso, etcétera, él
introduce una variable muy importante en la planificación basada en
sensaciones, estados de ánimo y factores externos que pueden afecta r al rendimiento de cada día.
Ha sido un
año de esfuerzo y sacrificio para adaptar y educar mi condición física, en el que recorrí unos 2800 kilómetros en más
de 240 sesiones de entrenamiento - algo impensable por mí en otras
circunstancias – para conseguir superar mis mejores marcas en algunas
distancias como 10000
metros y media maratón.
Tengo que
destacar que en todo ese periodo jamás tuve un problema físico que no fuese una
sobrecarga, que mi salud ha sido de 9 sobre 10 y que mi actitud ante el volumen
de entrenamiento planteado siempre fue muy positiva, lo cual ayuda a que
mentalmente puedas gestionarlo y asimilarlo.
Por todo
ello, debo darle las gracias, por su tiempo, por sus esfuerzos, por su
dedicación, por su sabiduría y experiencia, por su interés……. Y así le hago un
poco la pelota para que el próximo año sea, al menos, tan bueno como éste: gracias Urtzi.
Y ahora
llega el momento de ese descanso activo que creo que merezco y de plantear los
nuevos retos para los meses venideros.