jueves, 21 de abril de 2016

Riesgos populares

Desgraciadamente nos estamos acostumbrando a que, durante o después de carreras populares de cierta distancia y reputación, nos lleguen noticias de trágicos fallecimientos de alguno o algunos de sus participantes y me gustaría hacer una reflexión sobre este asunto.


Lo primero que me viene a la cabeza son los requisitos exigidos por parte del organizador para la inscripción a la prueba, que son básicamente tus datos personales, tu club si perteneces a uno, licencia federativa -si tienes- y el pago de la cuota, generalmente no barata. En función del tipo de prueba existe un límite de inscripciones o incluso se busca establecer un récord de participación con objetivos discutibles.

Cada vez más deportistas populares procuran preparar adecuadamente las pruebas en las que participan, con un buen entrenamiento físico, con pruebas de esfuerzo, llevando una dieta equilibrada, etc. Por eso mi reflexión va enfocada a esos DEPORTISTAS, con mayúsculas, que se preocupan por su salud y que tienen cierta experiencia. Pero resulta que todo eso lo único que hace es disminuir las posibilidades de que ocurra una desgracia de ese tipo, ya que, algunas patologías cardiovasculares son indetectables incluso por profesionales. Todos conocemos algún caso de deportista profesional obligado a abandonar su disciplina tras sufrir algún “susto” que luego no tuvo un diagnóstico claro. Por no hablar de otros que fallecieron súbitamente practicando su deporte y que habían superado con éxito los controles pertinentes. Y hablo de deportistas con un auténtico equipo de profesionales reputados a su servicio que lo único que pueden hacer es descartar ciertas patologías pero sin llegar a detectar el verdadero origen del mal.

Por otro lado, existen también factores influyentes, normalmente de origen externo, en forma de sustancias estimulantes que, al usarlas, provocan que no actúen los mecanismos de alerta que posee el cuerpo ante sobreesfuerzos o circunstancias anómalas, lo que podría llevar al deportista a sufrir los citados accidentes cardiovasculares.

He querido remarcar estos aspectos negativos que pueden contribuir a que algo salga mal, pero siempre hablando de gente preparada. Ni que decir tiene que con deportistas menos preparados o con una preparación nula los riesgos se multiplican.


Por favor, tomemos en serio el deporte, la vida sana, la preparación para los esfuerzos y, sobre todo, disfrutemos haciéndolo porque nos proporcionará muchas satisfacciones y será un gran aliciente para que en futuros retos sigamos llegando a meta.

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