Pues llegó
el 26 de abril de 2015, algo que hasta hace no mucho veía muy muy lejos y que
deseaba que llegara tanto como lo temía. Han sido 6 largos y duros meses de
entrenamiento para conseguir el reto que me planteé, algo que, como diría
Rajoy, sabía que estaba muy por encima de mis posibilidades, y así me sentí en
algunos momentos de la preparación.
Siempre
pensé que correr 42 kilómetros no era muy sano y que era una distancia que no
intentaría. Hoy puedo decir que, si bien es una experiencia por la que todo
runner debería pasar una vez en la vida, los efectos que produce en el cuerpo
(y hablo en primera persona) son curiosos, pero de eso
hablaré más adelante.
Son las
8:00 de la mañana y estoy en el parking cercano al parque de El Retiro sentado
en el coche mentalizándome durante unos minutos para lo que me viene dentro de
una hora. En mi examen de conciencia veo imágenes de esfuerzo, de cansancio, de
ilusión, de dedicación, y sé que solo me queda culminar la obra madurada tiempo
atrás en algún recodo de mi cabeza, desarrollada por la mente de Urtzi y
apoyada incondicionalmente por mi club de fans.
Ha estado
lloviendo casi toda la noche y en cuanto salgo a la calle noto la humedad e
incluso a ratos cae algo de llovizna. Con este ambiente me dirijo hacia la zona
de salida dando un paseo entre cientos de “compañeros de fatigas”. Claro que
estoy nervioso, así que trato de relajarme iniciando un calentamiento suave
antes de colocarme en el cajón de salida. En la zona que elijo coincido con
esos que, nada más verlos, piensas: “estos son los que van a ganar”. Me llamó
la atención que no estaban haciendo nada diferente a mí, que estaban muy
serios, que no hablaban entre ellos y que iban mucho más abrigados que yo.
Intenté mirarles por encima del hombro pero no me salía, así que, intimidado,
opté por centrarme en mi propia rutina. Una vez dentro del cajón de salida fue
como si ya todo estuviera bien, como si no hubiera marcha atrás, y empiezo a
sentirme tranquilo y dispuesto ya para afrontar lo que viene. Hasta ese momento
no soy consciente de las dimensiones físicas que tiene la carrera, por número
de corredores, por gente de la organización, por el espacio que cubrimos en la
zona, etc.
Aunque
parezca pretencioso, sé que voy a terminar la carrera sin problemas, que con la
preparación que llevo nada puede impedirme lograr el objetivo y que puede ser
una cuestión más mental que física superar las posibles crisis que puedan
surgir. Pues a por ello voy porque acaban de dar las 9:00.
Eres mi ídolo!!!!
ResponderEliminarYa tienes la Maratón, ahora a por las TRAIL ;)
loso.